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lunes, 17 de septiembre de 2012

Justo antes de su boda, la chica de 'Gossip Girl' ha hablado con YO DONA.


A la más dotada del clan Lively, la pequeña de cinco hermanos (sus padres, integrados ambos en el mundillo de Hollywood, se encargaron de sentar las bases de su profesión desde la cuna), no le gustaban especialmente las clases de interpretación a las que la apuntaron. El arranque vocacional vino más tarde, superado incluso su debut, a los 11 años de la mano de su propio padre, el director Ernie Lively, en Sandman (1998).

De eso hace ya catorce años, diez películas y una serie de televisión, Gossip Girl, recorrido suficiente para ser objeto de deseo de prestigiosas firmas de moda (Gucci acaba de ficharla como imagen de su perfume Gucci Première) y de una inmensa mayoría de directores. Incluso de Oliver Stone. «Cuando alguien así te llama para un papel, no te lo piensas», asevera. Todo pese a ser el de Ofelia el rol más difícil de su carrera, amante a la vez de dos narcotraficantes enfrascados en una relación demoledora con los carteles mexicanos de la droga. A su amor de verdad, con el que se casó el pasado 9 de septiembre en Carolina del Sur, lo conoció en 'Linterna Verde' (Martin Campbell, 2011), el también cotizado Ryan Reynolds, ex de Scarlet Johannsson y uno de los pocos hombres a los que ha besado en su vida. «Creo que soy un poco rara.» Por eso defiende la monogamia como el estilo de vida que ambiciona –en contra de lo que plantea la película que protagoniza–, además de pasar de drogas y de política en general.

¿Diría que para llegar a la luna en tu oficio hay que trabajar con _Oliver Stone y sus semejantes?
Sabes que es un paso importante cuando te cuentan que Oliver Stone está haciendo una nueva película y después te llama. Especialmente cuando lees el guión y ves que es atrevido, ahora que nadie se arriesga en la industria. Las cintas con creatividad y cierta estatura tienen menos espacio que nunca.
Y el de Stone, ¿en qué territorio lo sitúas?
Encajaría bien en tiempos pasados, es un filme con sustancia, como Pulp Fiction. El mismo John Travolta [compañero de reparto] me dijo que era lo mejor que había leído desde entonces.
¿Te dio fuerzas el comentario para decir sí a un papel tan complejo?
Me sentí orgullosa, como si fuéramos una pandilla de revolucionarios interpretando una película que nadie quisiera hacer ni ver.
¿No te costó aceptar la propuesta, considerando las repercusiones familiares?
Fue un problema enorme [admite esbozando una sonrisa]. Tengo una relación muy estrecha con mi familia y, cuando leí el guión, pensé en ella. ¡Dios mío!, me dije, cuando mis futuros hijos indaguen en mi pasado voy a tener que mentirles, contarles que me ganaba la vida vendiendo helados. Al mismo tiempo, creo que es algo que mi entorno entiende, porque hemos crecido con esta industria en casa. Cuando me hayan visto en las escenas de violencia y sexo seguro que se han apiadado de mí, sabiendo lo mal que debía de estar pasándolo.
¿A qué estás dispuesta con tal de hacer carrera en el cine?
Quiero probar mis límites. La vulnerabilidad de un actor se expone en escenas emocionales, que significan un reto mayor que las de sexo en sí. Estas siempre distraen al espectador, porque cuando te están mirando las tetas no ven nada más. Contestando a tu pregunta, diría que no _haría cualquier cosa por el cine. Por mi familia sí, pero por el negocio, no. No merece la pena.
En la película te enfrentas a la tesitura de amar a la vez a dos jóvenes apuestos.¿Crees que la monogamia es antinatural, como sostienen algunos científicos, y que eso explica una tasa tan elevada de divorcios?
Si echas un vistazo a la naturaleza y a las mujeres, te darás cuenta de que sí son monógamas. Las especies que usan al menos un 10% de su capacidad cerebral, como los humanos y los delfines, lo son. Obviamente, cada ser humano está construido de forma diferente. El amor libre tenía sentido en los 60 y en esta cinta, pero creo que no hay nada más sexy que estar con la misma persona cada día.
Oliver Stone opina que legalizar la droga solucionaría gran parte del problema de la violencia y las matanzas.
No estoy en posición de hablar sobre lo que solucionaría o no el conflicto. No he tomado drogas en toda mi vida y sé poco del tema, pero creo que esta película tiene una postura arriesgada, sin pretender que eso fuera la tesis de la cinta ni que la opinión del director se impusiera al espectador.

Oliver Stone opina que legalizar la droga solucionaría gran parte del problema de la violencia y las matanzas.
No estoy en posición de hablar sobre lo que solucionaría o no el conflicto. No he tomado drogas en toda mi vida y sé poco del tema, pero creo que esta película tiene una postura arriesgada, sin pretender que eso fuera la tesis de la cinta ni que la opinión del director se impusiera al espectador.

Fuente: elmundo.es/yodona

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